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Milton Díaz 

Oriundo de Riohacha-Guajira, su ardor y trabajo lo han llevado a estar en el año 1999 nominado a uno de los premios de periodismo del CPB y a ganar el Premio Nacional de Periodismo Ambiental, en el mismo año; Premio Porvenir por el cubrimiento de la Media Maratón de Bogotá (2003) y (2005), Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en el  2006 con la fotografía “Violencia roja”, Premio Nacional de Periodismo Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) en el 2013, Premio Rosarista galardonado en el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar del 2014 “El vandalismo opaca la protesta en Bogotá.” Lleva 19 años en la casa editorial el Tiempo.

El conflicto no es un secreto

 

Un hombre de contextura gruesa, de piel trigueña y sonrisa radiante, apasionado por lo que hace y orgulloso de quien es y lo que ha logrado ser hasta el momento. Él se ha convertido en uno de los titanes que con su cámara han podido retratar, cambiar, mover, revelar, salvar a una persona, a una sociedad y a todo un país.

 

Durante años, Milton Díaz, reportero gráfico de la casa editorial El Tiempo cubrió conflicto armado colombiano. Hoy en  la sala de redacción del periódico evoca lo que vio, lo que fotografió, lo que aprendió y expresa la tristeza, el dolor y la rabia tan oscura que algún día vio nacer, y que hoy desea que se acabe.

 

Fotografía por allí viene y por allá va, pero detrás qué tendrá, es lo que poco ve y conoce el lector. Por años se ha dicho que el trabajo de un reportero de guerra es captar y mostrar la esencia del horror que se vive por medio de testigos, y así dar a conocer lo que sucede para que ocurra algo, para que se vea, para que exista una reacción.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Milton, se encuentra calmado y atraído por disparar historias, anécdotas, experiencias y circunstancias de las que ha tenido que vivir por retratar lo que los ojos de cada uno han visto. Bala viene y bala va, pero como él asegura, su única arma ha sido y será su compañera fiel, su cámara.

 

Milton expresa mediante la entrevista que ha sido fotógrafo aficionado toda su vida y que así mismo escogió la mejor profesión del mundo. Ha conocido los 32 departamentos de Colombia y sabe que ha hecho cosas que nunca creyó que haría. Cubrió la batalla de la quebrada en El Billar en el departamento del Caquetá, fue un emboscamiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la élite del Ejército Móvil No. 3 considerado como  los mejores hombres de la Institución. Los enfrentamientos se prolongaron por tres días y dejaron como resultado 63 soldados muertos, 19 heridos y 43 secuestrados. Es considerada como la peor derrota militar que ha tenido la historia del país.

 

Fotografío la toma de Miraflores en El Guaviare, donde se encontraba una base antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia y un batallón del Ejército Nacional de Colombia.  Según el periódico el Espectador fue considerado un "golpe certero al corazón de la Policía y del Ejército, y un triunfo para las FARC". 

 

En medio de su calma demostraba el sentimiento que le recordaba cada lugar y momento histórico en el que estuvo presente. Retomó lo sucedido en la toma de Mitú, un ataque realizado por las FARC, asesinaron a 11 civiles y 30 miembros de la fuerza pública.  Asegura que a esta toma es a la única que no ha podido llegar, por lo atroz que fue.

 

No contaba por contar, sus gestos y su seguridad al hablar del tema hacían que el sentimiento fuera más y más grande, quizás de dolor, de rabia, de frustración al saber por lo que Colombia ha tenido que vivir, pero su valor al estar presente fotografiando hace que hoy los lectores y todo un país tengan memoria.

 

Una más, la Masacre de Bojayá, Choco. “Entre los escombros de la iglesia de Bojayá quedaron 119 personas muertas, entre ellas 42 niños. El ‘cilindro-bomba’ fue lanzado por miembros del bloque 58 de las FARC, quienes sostenían enfrentamientos armados con los paramilitares de las AUC. Ambos grupos luchaban por mantener el control de la zona y el acceso al río Atrato”. (Tomado de: ¡Pacifista!).

 

Actualmente, Milton Díaz está retirado del cubrimiento del conflicto armado colombiano, no porque no le guste, o tenga miedo, sino porque asegura que Colombia no vive lo que vivía hace unos años. Hoy se dedica a cubrir hechos judiciales, políticos, eventos sociales y deportes, y expresa que cada uno de ellos los disfruta de la misma manera. La pasión no murió en el campo minado, sigue intacta como él.

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